Estrenamos una nueva sección «Conoce a nuestros profesionales». El objetivo es presentar a los diferentes profesionales que colaboran con la APASE tanto en su labor profesional, como en su parte más personal.

Esta sección estará en el blog, o bien en vídeos que subiremos a YouTube.

En esta entrevista os presentamos a José María Guillén Lladó, psicólogo sanitario.

Presentación. Háblanos de ti:

Me llamo José María Guillén Lladó y soy psicólogo. Nací en Barcelona. Paso consulta en Girona, Manresa y Mataró. Pero no siempre he sido psicólogo.

Mi vida laboral se inició y transcurrió en la banca, durante algo más de dos décadas, ejerciendo como director de oficina en los últimos años. Sin embargo, ese no era mi destino. Quizás era demasiado idealista, inconformista, trascendente…, pero mis inquietudes personales y forma de entender la vida, me llevaron a realizar un cambio radical, no exento de dificultades y sufrimiento, para conseguir armonizar mis necesidades interiores con la forma de emplear mi tiempo y recursos durante el resto de mi existencia. 

Tras años de mucho trabajo y esfuerzo, del que me siento satisfecho y orgulloso, me encuentro aquí, ante ustedes, en el lugar y en el momento adecuado, ofreciendo lo mejor de mi persona, sensibilidad, empatía, conocimientos y experiencia, para ayudarles a conseguir ese bienestar, demasiadas veces esquivo, pero que todos merecemos.

Como PAS…

¿Cómo y cuándo descubriste que eras una Persona con Alta Sensibilidad?

De niño, sufría alergias y ataques de asma muy a menudo, cuando comía ciertos alimentos, cuando llovía, cuando corría… La escuela la percibía extremadamente amenazadora y no paraba de llorar, por lo que no me pudieron escolarizar hasta los siete años. 

Con el paso del tiempo, fui mostrando profundidad de pensamiento, facilidad para los estudios, imaginación y creatividad, pero también debilidad, inseguridad, introversión y una excesiva seriedad. 

Me sentía extraño por no comportarme como los demás, aunque intentaba ser como ellos, me quedaba en el intento. Y no entendía el porqué. Hasta que dejé de luchar en esa dirección y empecé a respetarme y a amarme con todas mis virtudes y defectos, sin querer ser como los otros. A partir de ahí, la lucha ya fue para conocerme mejor y ser yo mismo. Eso me llevó a tomar decisiones importantes y cambiar aspectos fundamentales de mi vida, de manera gradual. 

Ya en plena madurez, inicié los estudios para obtener la licenciatura en psicología. Fue entonces cuando empecé a ser plenamente consciente de que iba a encontrar muchas respuestas. Lo corroboré cuando realicé el postgrado en psicopatología clínica: la mayoría de los trastornos mentales, no son realmente patologías en sí, sino problemas no resueltos derivados de la falta de información, formación y conocimientos sobre nosotros mismos y sobre nuestros recursos mentales innatos, todo ello, favorecido por un sistema biomédico que todo lo patologiza y todo lo medica.

Pero no fue hasta el año 2015, en que pude darle nombre a ese conjunto de características que me identificaban y me limitaban: era PAS. Lo descubrí al leer a Karina Zegers en La Alta Sensibilidad. Vivir desde el corazón, y a la doctora Elaine Aron en El don de la sensibilidad.

Misterio resuelto.

¿Cómo afectó a tu vida personal y tu vida profesional?

Cuando descubrí que era PAS y lo que significaba, experimenté una sensación de liberación, satisfacción y alegría inmensa. Y una convicción: ya no más sentimientos de culpa ni de incapacidad, ni sufrimientos evitables, tanto en lo que se refería a mí persona individualmente, como a las PAS que acudieran a mi consulta, ya que, a partir de entonces, tendría una enfoque y un conocimiento vital que ayudaría a entender y manejar de una forma distinta, más lógica y natural, más armónica, problemas que hasta aquel momento se veían y trataban solamente desde una perspectiva psicológica clínica tradicional.

 

¿Qué es lo que más te a costado gestionar del rasgo?

La comunicación y el entendimiento con los demás. Era como si fuéramos de mundos distintos, y yo, un extraterrestre que sentía, pensaba y me comportaba de forma diferente. Sentía como si a los demás no les interesaba aquello que yo consideraba importante y, por el contrario, me sentía obligado a interesarme, entender y atender todo lo que les importaba a los demás. Tampoco podía enfadarme, pero los demás sí, y, en caso de conflicto, se me solía criticar o hacerme sentir culpable. 

Esta dinámica generalizada fue lo que más me costó aprender a gestionar, ya que me provocaba una saturación y relativización emocional que incidía gravemente en las relaciones, los sentimientos, el bienestar físico y mental, así como en el autoconcepto existencial. Una vez aprendí a gestionarlo, dejó de ser un problema.

 

¿Qué aspectos positivos le ves a ser una PAS?

Desde un punto de vista cuantitativo, son muchos los aspectos positivos que tiene ser PAS, sin embargo, si los miramos desde un punto de vista cualitativo, adquieren una relevancia aún mayor. 

La empatía, la capacidad de percibir intensamente y emocionarse ante los actos y sentimientos más sublimes de las personas, de los animales, del amor…, o ante la belleza de las obras de arte, de la música, de la naturaleza, de la inmensidad del universo conocido y desconocido. O la capacidad de sentir más profundamente la espiritualidad… 

Todos estos son aspectos positivos que convierten a las PAS en seres mucho más profundos, humanos y necesarios, especialmente en un mundo en el que, desgraciadamente, falta sensibilidad, empatía, solidaridad, responsabilidad… y luz

 

¿Nos compartes una anécdota que te haya pasado alguna vez relacionada con tu alta sensibilidad?

Cuando yo aún no sabía que era PAS, un señor acudió a mi consulta. Al finalizar, hallándose ya en la puerta, dispuesto a irse, me comentó, con cara de sorpresa, que había venido con un dolor de hombro que venía sufriendo desde hacía dos semanas, durante las cuales había tomado medicación sin que le hubiera hecho efecto, y que, curiosamente, en el transcurso de la consulta se le había ido desapareciendo y, en aquel momento, ya no le dolía. Al oír esto, le tuve que confesar que, durante la consulta, se me había ido formando un dolor en mi hombro, y que, en aquel momento, me estaba doliendo a mí. Nos despedimos, ambos sorprendidos. Debo puntualizar que, durante la consulta, en ningún momento me dijo que le doliese el hombro. No me habló de ello hasta que ya se estaba despidiendo. Por consiguiente, en absoluto fue producto de sugestión, pues yo lo ignoraba completamente. Fue un hecho espontáneo, a la vez que inexplicable, por lo menos en aquel momento. Más adelante comprendí cuál era la razón de lo sucedido: mi alta, altísima, sensibilidad.

COMO PROFESIONAL…

¿CuálJosé María Guillén Lladó - Letrame Grupo Editoriales tu profesión/especialidad?

Soy psicólogo generalista de la salud y psicopatólogo clínico, a la vez que también tengo formación en medicina natural y psicosomática. El hecho de estar también especializado en PAS, da una mayor relevancia a esa formación y conocimientos más convencionales, debido a que las requieren un abordaje terapéutico distinto y más específico, debido a que suelen sufrir trastornos de tipo emocional y psicosomáticos, de manera más frecuente e intensa que la mediana de la población.

Este conjunto de conocimientos y experiencias, me ha permitido tener una amplia visión de la salud, especialmente desde una perspectiva mente-cuerpo, he podido aplicar en mi día a día profesional, y que he sintetizado y expuesto al público a través de mi libro El quinto cerebro.

¿Y tu principal motivación para dedicarte a ello?

El hecho de haber sufrido muchas enfermedades y trastornos durante la infancia, algunas de origen físico, pero también de tipo psicosomático, me dejó una sensible huella sobre el sufrimiento humano por enfermedades. Posteriormente, cuando fui conociendo y comprendiendo la importancia de la mente en la salud y en la enfermedad, vi que yo podía aportar mi granito de arena para ayudar a disminuir ese sufrimiento y mejorar la salud de las personas, así que decidí dedicarme a ello.

Consideré que era necesario que lo hiciera. Que ese era mi camino. Y, a día de hoy, me siento enormemente satisfecho y orgulloso de haber tomado esa decisión y de observar, con enorme alegría, cómo cientos de personas han podido mejorar su calidad de vida y bienestar. Para mí, esto no tiene precio.

¿Por qué decidiste especializarte en este rasgo de la personalidad?

A medida que iban acudiendo nuevos pacientes a la consulta, fui constatando que bastantes eran PAS, pero no sabían que lo eran, circunstancia que había impedido que progresaran en los tratamientos que habían emprendido anteriormente con otros terapeutas, médicos, psiquiatras y psicólogos. 

Así que, al tener yo esa misma condición, que de por sí ya me daba un buen conocimiento de causa, valoré la posibilidad de formarme más profunda y específicamente, especializándome en este rasgo. Y así lo hice. Desde el año 2021, estoy acreditado como especialista autorizado para psicoterapia con PAS, en The Highly Sensitive Person, de la Dra. Elaine Aron.

¿Cuál es la mayor dificultad que ves en las PAS que acuden a tu consulta?

Suele decirse que cada persona es un mundo. Pues cada PAS es un universo. Y eso hace muy difícil reducir a solamente una sus dificultades, problemas y necesidades. 

Es algo muy personal y con muchísimos matices. Sin embargo, de modo muy, muy generalizado, podría decir que una de las mayores dificultades que veo en las PAS que acuden a consulta es la dependencia emocional que suelen tener de otras personas, especialmente familiares, pareja, padres, aunque también pueden ser amigos o compañeros de trabajo, cuando son personas tóxicas que arrastran, atrapan y anulan a la PAS, con chantajes emocionales incluidos, y provocando un sufrimiento del que le resulta muy difícil salir, gestionar o disminuir.

¿Qué necesita una PAS para llevar una vida satisfactoria? En tu opinión ¿qué es lo más importante? ¿Algún consejo de autocuidado?

En general, para que la PAS esté más satisfecha con su vida, debe conseguir ser ella misma y no como los demás quieren que sea, dentro de lo posible. No obstante, lo más importante para conseguir este y otros objetivos, es tener un buen autoconocimiento de las ventajas y desventajas del rasgo, una buena autoestima, capacidad de resiliencia, así como elevar su autoconsciencia, de manera que pueda sentir en plenitud sus cualidades y su conexión con la naturaleza, y aprender a manejar y modular los impactos y situaciones negativas que le afecten. 

Como consejo general de autocuidado destacaría, precisamente, cuidarse de manera natural, manteniendo hábitos saludables y armónicos, con el fin de lograr un mayor equilibro cuerpo-mente y una mejor calidad de vida.

¿Cuál piensas que es el mayor potencial de este rasgo a una persona que lo posee?

El mayor potencial es la capacidad de sentir. 

Es como un superpoder que tiene que ser comprendido y educado para poder utilizarlo positivamente, y controlado para que no se convierta en un problema.

 

MENSAJE FINAL:

Si hubiera más PAS, el mundo sería mucho más humano. Confía en ti. Sé tú. Sé feliz.

 

 

 

Imagen: Austin Kehmeier (Unsplash).