Estrenamos una nueva sección «Conoce a nuestros profesionales». El objetivo es presentar a los diferentes profesionales que colaboran con la APASE tanto en su labor profesional, como en su parte más personal.

Esta sección estará en el blog, o bien en vídeos que subiremos a YouTube.

En esta entrevista os presentamos a José María Guillén Lladó, psicólogo sanitario.

Presentación. Háblanos de ti:

Me llamo José María Guillén Lladó y soy psicólogo. Nací en Barcelona. Paso consulta en Girona, Manresa y Mataró. Pero no siempre he sido psicólogo.

Mi vida laboral se inició y transcurrió en la banca, durante algo más de dos décadas, ejerciendo como director de oficina en los últimos años. Sin embargo, ese no era mi destino. Quizás era demasiado idealista, inconformista, trascendente…, pero mis inquietudes personales y forma de entender la vida, me llevaron a realizar un cambio radical, no exento de dificultades y sufrimiento, para conseguir armonizar mis necesidades interiores con la forma de emplear mi tiempo y recursos durante el resto de mi existencia. 

Tras años de mucho trabajo y esfuerzo, del que me siento satisfecho y orgulloso, me encuentro aquí, ante ustedes, en el lugar y en el momento adecuado, ofreciendo lo mejor de mi persona, sensibilidad, empatía, conocimientos y experiencia, para ayudarles a conseguir ese bienestar, demasiadas veces esquivo, pero que todos merecemos.

Como PAS…

¿Cómo y cuándo descubriste que eras una Persona con Alta Sensibilidad?

De niño, sufría alergias y ataques de asma muy a menudo, cuando comía ciertos alimentos, cuando llovía, cuando corría… La escuela la percibía extremadamente amenazadora y no paraba de llorar, por lo que no me pudieron escolarizar hasta los siete años. 

Con el paso del tiempo, fui mostrando profundidad de pensamiento, facilidad para los estudios, imaginación y creatividad, pero también debilidad, inseguridad, introversión y una excesiva seriedad. 

Me sentía extraño por no comportarme como los demás, aunque intentaba ser como ellos, me quedaba en el intento. Y no entendía el porqué. Hasta que dejé de luchar en esa dirección y empecé a respetarme y a amarme con todas mis virtudes y defectos, sin querer ser como los otros. A partir de ahí, la lucha ya fue para conocerme mejor y ser yo mismo. Eso me llevó a tomar decisiones importantes y cambiar aspectos fundamentales de mi vida, de manera gradual. 

Ya en plena madurez, inicié los estudios para obtener la licenciatura en psicología. Fue entonces cuando empecé a ser plenamente consciente de que iba a encontrar muchas respuestas. Lo corroboré cuando realicé el postgrado en psicopatología clínica: la mayoría de los trastornos mentales, no son realmente patologías en sí, sino problemas no resueltos derivados de la falta de información, formación y conocimientos sobre nosotros mismos y sobre nuestros recursos mentales innatos, todo ello, favorecido por un sistema biomédico que todo lo patologiza y todo lo medica.

Pero no fue hasta el año 2015, en que pude darle nombre a ese conjunto de características que me identificaban y me limitaban: era PAS. Lo descubrí al leer a Karina Zegers en La Alta Sensibilidad. Vivir desde el corazón, y a la doctora Elaine Aron en El don de la sensibilidad.

Misterio resuelto.

¿Cómo afectó a tu vida personal y tu vida profesional?

Cuando descubrí que era PAS y lo que significaba, experimenté una sensación de liberación, satisfacción y alegría inmensa. Y una convicción: ya no más sentimientos de culpa ni de incapacidad, ni sufrimientos evitables, tanto en lo que se refería a mí persona individualmente, como a las PAS que acudieran a mi consulta, ya que, a partir de entonces, tendría una enfoque y un conocimiento vital que ayudaría a entender y manejar de una forma distinta, más lógica y natural, más armónica, problemas que hasta aquel momento se veían y trataban solamente desde una perspectiva psicológica clínica tradicional.

 

¿Qué es lo que más te a costado gestionar del rasgo?

La comunicación y el entendimiento con los demás. Era como si fuéramos de mundos distintos, y yo, un extraterrestre que sentía, pensaba y me comportaba de forma diferente. Sentía como si a los demás no les interesaba aquello que yo consideraba importante y, por el contrario, me sentía obligado a interesarme, entender y atender todo lo que les importaba a los demás. Tampoco podía enfadarme, pero los demás sí, y, en caso de conflicto, se me solía criticar o hacerme sentir culpable. 

Esta dinámica generalizada fue lo que más me costó aprender a gestionar, ya que me provocaba una saturación y relativización emocional que incidía gravemente en las relaciones, los sentimientos, el bienestar físico y mental, así como en el autoconcepto existencial. Una vez aprendí a gestionarlo, dejó de ser un problema.

 

¿Qué aspectos positivos le ves a ser una PAS?

Desde un punto de vista cuantitativo, son muchos los aspectos positivos que tiene ser PAS, sin embargo, si los miramos desde un punto de vista cualitativo, adquieren una relevancia aún mayor. 

La empatía, la capacidad de percibir intensamente y emocionarse ante los actos y sentimientos más sublimes de las personas, de los animales, del amor…, o ante la belleza de las obras de arte, de la música, de la naturaleza, de la inmensidad del universo conocido y desconocido. O la capacidad de sentir más profundamente la espiritualidad… 

Todos estos son aspectos positivos que convierten a las PAS en seres mucho más profundos, humanos y necesarios, especialmente en un mundo en el que, desgraciadamente, falta sensibilidad, empatía, solidaridad, responsabilidad… y luz

 

¿Nos compartes una anécdota que te haya pasado alguna vez relacionada con tu alta sensibilidad?

Cuando yo aún no sabía que era PAS, un señor acudió a mi consulta. Al finalizar, hallándose ya en la puerta, dispuesto a irse, me comentó, con cara de sorpresa, que había venido con un dolor de hombro que venía sufriendo desde hacía dos semanas, durante las cuales había tomado medicación sin que le hubiera hecho efecto, y que, curiosamente, en el transcurso de la consulta se le había ido desapareciendo y, en aquel momento, ya no le dolía. Al oír esto, le tuve que confesar que, durante la consulta, se me había ido formando un dolor en mi hombro, y que, en aquel momento, me estaba doliendo a mí. Nos despedimos, ambos sorprendidos. Debo puntualizar que, durante la consulta, en ningún momento me dijo que le doliese el hombro. No me habló de ello hasta que ya se estaba despidiendo. Por consiguiente, en absoluto fue producto de sugestión, pues yo lo ignoraba completamente. Fue un hecho espontáneo, a la vez que inexplicable, por lo menos en aquel momento. Más adelante comprendí cuál era la razón de lo sucedido: mi alta, altísima, sensibilidad.

COMO PROFESIONAL…

¿CuálJosé María Guillén Lladó - Letrame Grupo Editoriales tu profesión/especialidad?

Soy psicólogo generalista de la salud y psicopatólogo clínico, a la vez que también tengo formación en medicina natural y psicosomática. El hecho de estar también especializado en PAS, da una mayor relevancia a esa formación y conocimientos más convencionales, debido a que las requieren un abordaje terapéutico distinto y más específico, debido a que suelen sufrir trastornos de tipo emocional y psicosomáticos, de manera más frecuente e intensa que la mediana de la población.

Este conjunto de conocimientos y experiencias, me ha permitido tener una amplia visión de la salud, especialmente desde una perspectiva mente-cuerpo, he podido aplicar en mi día a día profesional, y que he sintetizado y expuesto al público a través de mi libro El quinto cerebro.

¿Y tu principal motivación para dedicarte a ello?

El hecho de haber sufrido muchas enfermedades y trastornos durante la infancia, algunas de origen físico, pero también de tipo psicosomático, me dejó una sensible huella sobre el sufrimiento humano por enfermedades. Posteriormente, cuando fui conociendo y comprendiendo la importancia de la mente en la salud y en la enfermedad, vi que yo podía aportar mi granito de arena para ayudar a disminuir ese sufrimiento y mejorar la salud de las personas, así que decidí dedicarme a ello.

Consideré que era necesario que lo hiciera. Que ese era mi camino. Y, a día de hoy, me siento enormemente satisfecho y orgulloso de haber tomado esa decisión y de observar, con enorme alegría, cómo cientos de personas han podido mejorar su calidad de vida y bienestar. Para mí, esto no tiene precio.

¿Por qué decidiste especializarte en este rasgo de la personalidad?

A medida que iban acudiendo nuevos pacientes a la consulta, fui constatando que bastantes eran PAS, pero no sabían que lo eran, circunstancia que había impedido que progresaran en los tratamientos que habían emprendido anteriormente con otros terapeutas, médicos, psiquiatras y psicólogos. 

Así que, al tener yo esa misma condición, que de por sí ya me daba un buen conocimiento de causa, valoré la posibilidad de formarme más profunda y específicamente, especializándome en este rasgo. Y así lo hice. Desde el año 2021, estoy acreditado como especialista autorizado para psicoterapia con PAS, en The Highly Sensitive Person, de la Dra. Elaine Aron.

¿Cuál es la mayor dificultad que ves en las PAS que acuden a tu consulta?

Suele decirse que cada persona es un mundo. Pues cada PAS es un universo. Y eso hace muy difícil reducir a solamente una sus dificultades, problemas y necesidades. 

Es algo muy personal y con muchísimos matices. Sin embargo, de modo muy, muy generalizado, podría decir que una de las mayores dificultades que veo en las PAS que acuden a consulta es la dependencia emocional que suelen tener de otras personas, especialmente familiares, pareja, padres, aunque también pueden ser amigos o compañeros de trabajo, cuando son personas tóxicas que arrastran, atrapan y anulan a la PAS, con chantajes emocionales incluidos, y provocando un sufrimiento del que le resulta muy difícil salir, gestionar o disminuir.

¿Qué necesita una PAS para llevar una vida satisfactoria? En tu opinión ¿qué es lo más importante? ¿Algún consejo de autocuidado?

En general, para que la PAS esté más satisfecha con su vida, debe conseguir ser ella misma y no como los demás quieren que sea, dentro de lo posible. No obstante, lo más importante para conseguir este y otros objetivos, es tener un buen autoconocimiento de las ventajas y desventajas del rasgo, una buena autoestima, capacidad de resiliencia, así como elevar su autoconsciencia, de manera que pueda sentir en plenitud sus cualidades y su conexión con la naturaleza, y aprender a manejar y modular los impactos y situaciones negativas que le afecten. 

Como consejo general de autocuidado destacaría, precisamente, cuidarse de manera natural, manteniendo hábitos saludables y armónicos, con el fin de lograr un mayor equilibro cuerpo-mente y una mejor calidad de vida.

¿Cuál piensas que es el mayor potencial de este rasgo a una persona que lo posee?

El mayor potencial es la capacidad de sentir. 

Es como un superpoder que tiene que ser comprendido y educado para poder utilizarlo positivamente, y controlado para que no se convierta en un problema.

 

MENSAJE FINAL:

Si hubiera más PAS, el mundo sería mucho más humano. Confía en ti. Sé tú. Sé feliz.

 

 

 

Imagen: Austin Kehmeier (Unsplash).

Comunicación asertiva en PAS

Si algo caracteriza a una persona altamente sensible, es la capacidad de poder percibir y reconocer en otras personas sus emociones y sentimientos. Esta capacidad de poder comprender la vida emocional de otras personas casi con toda su complejidad se llama “EMPATÍA”.

Dicha naturaleza empática facilita que las personas con alta sensibilidad puedan conectar casi sin esfuerzo con los/as demás. Ese es uno de sus habilidades, pero bien es cierto, que si a esa habilidad no le ponemos límite, puede derivar en entender tanto el mundo emocional de la otra persona que acabemos ahogándonos en él.

De ahí la importancia de aprender a relacionarnos con el resto de personas desde la asertividad y no desde un estilo pasivo o agresivo.

 

ESTILO PASIVO-AGRESIVO EN LA COMUNICACIÓN

Relacionarnos desde la pasividad conlleva:

  • Dar más importancia a las necesidades de los demás que a las propias.
  • Faltarnos al respeto siendo desleales a nosotros mismos.
  • Tener un comportamiento sumiso, en el que dejamos de expresar nuestros gustos y deseos por complacer al resto y terminamos asumiendo, acatando, obedeciendo…
  • Sentirnos frustrados/as al sentir que no somos dueños/as de nuestra propia vida y que otros/as nos manejan. Sentir que pierdo y las otras personas ganan siempre.
  • Padecer, como consecuencia, altos niveles de estrés, ansiedad, depresión y baja autoestima.

 

Relacionarnos desde la agresividad conlleva:

  • Considerar que nuestras necesidades están por encima del resto.
  • Relacionarnos desde la manipulación, invalidación, crítica, recriminación y faltas de respeto.
  • Sentirnos irritables cuando los demás no responden a nuestros deseos. 
  • Querer ganar siempre, aunque eso implique que los demás pierdan.
  • Terminar dañando las relaciones como consecuencia de los constantes conflictos que dicho estilo genera.

 

El anclaje a ambos estilos nos lleva, a veces, a caer en dinámicas pasivo-agresivas en las que dejamos que otras personas nos dominen y otras actuamos a la inversa queriendo controlar el comportamiento de los demás.

Una persona altamente sensible puede tener una mayor tendencia a establecer este tipo de dinámicas, en las que debido a su elevada empatía, termina adaptándose a las necesidades de los/as otros/as, adoptando comportamientos de sumisión y complacencia, lo cual, con mucha probabilidad, le lleva a esperar lo mismo de los/as demás, considerando que el resto debería de actuar de la misma manera y a llevarse decepciones cuando no es así. 

Esto puede llevar a reaccionar desde la protesta tratando de hacer justicia y que esto derive en comportamientos más agresivos y dominantes. 

 

Por ejemplo: 

Pongamos el caso de Lucía, una chica altamente sensible, que desde su capacidad empática, se ha volcado con su amiga Bego para ayudarla, haciéndole ciertos favores, y quizás, en cierta medida, siente que ha tenido que sacrificarse o dejar de lado sus necesidades por ayudarla, debido a su alta demanda, a la cual no ha sabido decir que no. 

Aquí podríamos estar hablando de cierto comportamiento pasivo, ya que ha colocado las necesidades de su amiga por encima de las suyas. 

Imaginemos que, más adelante, Lucía necesita del apoyo de Bego y no lo obtiene. Desde su expectativa de que lo justo sería que le preste dicho apoyo y frente a la realidad de no recibirlo, el sentimiento de frustración por la situación podría llevar a Lucía a reaccionar de manera violenta con su amiga, enfadándose y recriminando su comportamiento, ya que esperaba lo contrario de ella, o bien molestándose en silencio, sin expresar su descontento, pero cambiando su comportamiento hacía ella a partir de entonces, tomando distancia o mostrando hostilidad y cinismo, pero sin expresar claramente su molestia.

Este tipo de respuestas estaría mostrando un estilo pasivo-agresivo.

 

RELACIONARNOS DESDE LA ASERTIVIDAD TIENE QUE VER CON:

  • Adoptar una actitud de mayor respeto hacia nosotros mismos y los demás.
  • Sentirnos libres para tomar decisiones y que otras personas lo hagan.
  • Sentir que en las relaciones ambas partes ganan.
  • Manejar las discrepancias desde el diálogo, la negociación y las buenas maneras.
  • Generar, como consecuencia, una mayor sensación de seguridad en uno/a mismo/a y en los demás.
  • Vivir con mayor serenidad y tranquilidad, al no sentir que siempre estás en conflicto.

 

Volviendo al ejemplo de Lucía, una respuesta asertiva al sentimiento de falta de apoyo por parte de su amiga Bego, tendría que ver con la expresión directa pero con respeto de su malestar. 

Algo así como: “Perdona Bego, pero para mí era muy importante haber recibido apoyo por tu parte en este momento y no lo he sentido así. Tienes derecho a no estar ahí siempre para todo el mundo, pero me gustaría contar contigo en estos momentos. Si tienes un rato algún día para poder hablar y contarte, te lo agradecería”.

La asertividad es una herramienta básica para nuestras relaciones y el desarrollo de una sana autoestima.

 

CÓMO APLICAR LA ASERTIVIDAD EN NUESTRAS RELACIONES

 

1- El primer paso, date el mismo valor que le das a los demás: ni más, ni menos. Somos importantes y nuestras necesidades también lo son.

2- Párate a pensar sobre cuáles son tus derechos y las obligaciones que te han impuesto y te has autoimpuesto hasta ahora. No estamos en deuda con nadie y tenemos derechos de vida por el hecho de ser quienes somos. Haz una lista por escrito para interiorizarlo mejor. Puede servirte de ejemplo:

  • Tengo derecho a decir no.
  • Tengo derecho a decidir libremente.
  • Tengo derecho a no estar disponible siempre.
  • Tengo derecho a actuar diferente a como les gustaría a los/as demás.
  • Tengo derecho a pedir.
  • Tengo derecho a cambiar, etc.

(Teniendo en cuenta que los derechos que yo tengo también los tienen los/as demás)

3- Una vez que tenemos nuestra lista de derechos clara y por escrito, genera una coherencia entre la reflexión hecha y tus actos, y aprovecha cualquier circunstancia, por pequeña que sea, para llevarlos a la práctica y defenderlos.

Nos resultará más fácil si empezamos de menos a más. Desde las situaciones más sencillas a las más complejas. Nos ayudará a motivarnos y mantenernos en la práctica.

4- Tómate el entrenamiento asertivo como un juego, porque la vida lo es. Que otras personas se molesten porque actúes con asertividad simplemente es parte del juego. La molestia de los/as demás no es perder,  ya que siendo asertivo/a te dignificas, y eso, en realidad, es ganar.

 

La asertividad es el primer paso para establecer relaciones sanas, y consideramos que es una habilidad básica que todas las personas deberíamos manejar, por ello en las V Jornadas Nacionales de Alta Sensibilidad tendremos una charla sobre la importancia de este estilo comunicativo en la gestión emocional. Te invitamos que a veas toda la información de las Jornadas en la página del evento:

MÁS INFORMACIÓN SOBRE LAS JORNADAS DE MADRID ‘23

 

Saioa Barredo Canales

Psicóloga – N.º Colegiada BI03235

www.tumundopuestoenpie.com

 

Imagen: Volodymyr Hryshchenko (Unsplash).

Resiliencia en personas con alta sensibilidad (PAS)

La palabra resiliencia está de moda. Sin embargo, no se trata de un concepto nuevo, sino que proviene de la física y la mecánica, refiriéndose a la capacidad de los metales de resistir un impacto y recuperar su estructura original, habiendo sido adaptado después a la psicología, la sociología, la medicina social y la intervención social con un significado muy parecido al etimológico: esto es, reanimarse, resurgir, rebrotar o avanzar, tras haber sufrido una situación traumática. 

 

Al parecer, el concepto psicológico de resiliencia, tal y como lo conocemos hoy, nace en los años 80 del siglo pasado, en un intento por entender las causas y la evolución de las psicopatologías. Fue la psicóloga Emmy Werner la que lo utilizó por primera vez en un estudio longitudinal llevado a cabo desde la etapa prenatal hasta la edad de 32 años, entre los niños y niñas que eran los patitos feos de familias pobres de los bajos fondos de la isla hawaiana de Kahuai. Wermer se fijó en aquellos casos en que esos niños llegaron a ser adultos que se adaptaron positivamente, aun habiendo vivido situaciones de gran adversidad en la infancia. 

 

En un primer momento, se pensó que solo podía etiquetarse a una persona como resiliente cuando ya se había adaptado positivamente, con lo cual lo único que se podía investigar eran los factores que habían posibilitado esa adaptación. Sin embargo, una segunda generación de investigadores considera que la resiliencia es un proceso que puede ser promovido o favorecido y, por lo tanto, se esfuerzan por identificar las dinámicas presentes en el proceso resiliente, para que puedan ser repetidas en contextos similares. 

 

Aunque los inicios de las investigaciones giraron en torno a la infancia, el estudio actual de la resiliencia se extiende a todo el ciclo vital, es decir, cualquier persona en cualquier etapa de su vida puede superar y salir fortalecido de una situación traumática. La idea es que todos podemos ser resilientes, si bien cada persona, por sus características y circunstancias, es diferente al resto y lo que sirve para uno puede no servir a otro. 

 

La resiliencia se refiere, entonces, a la posibilidad de la reconstrucción humana. 

 

Me gusta mucho la metáfora de la creación de una perla en una ostra. Si un granito de arena entra en su interior, agrediéndola, la ostra se protege segregando nácar y produciendo una perla preciosa. 

 

 

Resiliencia y Alta Sensibilidad

 

En el caso de la alta sensibilidad, debemos partir del concepto de susceptibilidad diferencial, esto es, niños altamente sensibles con una buena infancia llegan a ser adultos con menos problemas. Sin embargo, los niños con una infancia difícil tienen muchas probabilidades de presentar más problemas en su vida. Es aquí donde nos interesa el concepto de resiliencia como proceso que puede promoverse en cualquier etapa de la vida. 

 

El hecho de que una PAS haya tenido una infancia difícil o incluso traumática no significa que no pueda llegar a la vida adulta habiendo superado adversidades y saliendo fortalecida. 

 

En este sentido, una PAS en cualquier etapa del ciclo vital que no sea la infancia, también puede trabajar su resiliencia para resurgir tras un evento traumático o una adversidad.  

 

¿Cuáles son entonces los factores que promueven o facilitan el proceso de resiliencia? 

 

La mayoría de los autores (E.H Grotberg, A. Forés, etc), coinciden en señalar los siguientes: 

 

  1. La fuerza interior, referida a los apoyos internos que conforman nuestro temperamento, esto es, aquellos elementos positivos de nuestro carácter. 
  2. Los factores de apoyo externo, o lo que es lo mismo, los apoyos de familiares, amigos o servicios institucionales. 
  3. El factor social, es decir, la interacción con otros.  

 

Es evidente que una persona con alta sensibilidad, que presenta un procesamiento más profundo de la información, una emocionalidad más intensa, sensibilidad para las sutilezas, y que, como resultado de los anteriores, experimenta una mayor sobreestimulación, también tendrá una vivencia del trauma o la adversidad más intensa y profunda.

 

Sin embargo, debemos rescatar también la idea de que una PAS se beneficiará más que el resto de cualquier circunstancia positiva e incluso de un proceso terapéutico. 

 

Trabajar la resiliencia significa trabajar con las potencialidades, con las fortalezas, con los recursos existentes. Supone cambiar la mirada de las necesidades y la enfermedad a la prevención y promoción, basadas en los recursos y capacidades humanas. Solo tenemos que orientar esa mirada hacia las fortalezas y potencialidades que otorga el rasgo de alta sensibilidad para tener una idea de cómo debe orientarse ese proceso resiliente. 

 

Los factores de apoyo externo y social, como podemos imaginar, son muy importantes. Somos seres relacionales y en la relación con otros donde sanamos. En este sentido, es fundamental crear o buscar redes de apoyo, como puede ser un grupo de PAS que hayan pasado por situaciones similares y, por supuesto, el apoyo incondicional de un familiar o amigo si es posible. 

 

Por su parte, los factores internos* que favorecen el proceso de resiliencia y que una PAS debe trabajar a lo largo de este proceso, son:

 

  • La confianza en que algo nuevo es posible: un nuevo comienzo, recuperar la confianza en la vida, en los demás, etc. 
  • La autoestima como autocuidado, prestando atención a las propias necesidades y sentimientos.  
  • El autoconocimiento, entendido como conocimiento lo más profundo posible del rasgo, así como el arte de mirarse dentro, de hacerse preguntas y responder de forma honesta.
  • La capacidad para establecer límites con respecto a los factores estresantes o problemáticos, ya sean situaciones o personas. 
  • Las habilidades sociales y la capacidad de relacionarse y establecer vínculos con otras personas. 
  • El humor, que permite encontrar un punto medio entre la tragedia y la comedia, y produce bienestar. 
  • La creatividad, como la capacidad de abrirse a las nuevas experiencias, a nuevas posibilidades. 

* Basados en los pilares de la resiliencia individual (Forés y Grané, 2011). 

 

Como podemos comprobar, algunos de los factores mencionados son capacidades o fortalezas que una PAS posee, como la creatividad, el humor, y otros que es necesario desarrollar, como la autoestima, la capacidad para poner límites sanos, el autoconocimiento, etc. 

 

Ya comentábamos en otra entrada del blog la importancia de la resiliencia también para hacer frente a los pensamientos rumiativos en las personas con Alta Sensibilidad, te recomendamos que tambén puedas leer esa entrada.

 

Hemos recalcado lo que una PAS puede trabajar en su proceso de resiliencia, pero no podemos ni debemos olvidar que la resiliencia tiene una naturaleza sistémica, siendo el fruto de la interacción entre diversos sistemas: las características personales, la familia y escuela, la comunidad y todos los sistemas sociales y culturales. 

 

Como señaló Viktor Frankl en El hombre en busca de sentido, el ser humano, incluso en las condiciones más extremas de deshumanización y sufrimiento, puede encontrar un sentido a su existencia. Este sentido no es algo que se pueda adquirir individualmente, sino que se construye socialmente. Es la comunidad, la cultura, la que ha de dotar de una significación a los sucesos traumáticos, reconociéndolos, hablando de ellos, para que, de este modo, las personas que han vivido un acontecimiento traumático o adverso, puedan resurgir a la vida.   

 

Bibliografía sobre resiliencia:

  • Forés, A y Grané, J., (2011), La resiliencia. Crecer desde la adversidad. España, Plataforma Editorial. 
  • Manciaux, M. (comp), (2010), La resiliencia: Resistir y rehacerse, España, Editorial Gedisa. 
  • Frankl, V., (2015), El hombre en busca de sentido, España, Editorial Herder. 

 

Ana Curto

Terapeuta y trabajadora social.

Master en inteligencia emocional y especialista en Alta Sensibilidad 

anacurto.com

 

Imagen: Karim Manjra (Unsplash).

Tal como nos explican Gómez, E., Aldana, E., Carreño, J., y Sánchez, C. (2006), el embarazo constituye un período crítico en el desarrollo psicológico de la mujer, al poner a prueba su nivel de madurez emocional, su identidad y la revisión de la relación con su madre y su infancia, representando, a la vez, una oportunidad de crecimiento psicológico para ella. Se trata de una época de cambios significativos en la vida de la mujer y su pareja. 

En este artículo me gustaría hablaros de algunas de las manifestaciones psicológicas que podemos experimentar durante el embarazo, dentro de la normalidad. Puede que leerlo nos sorprenda o que tal vez nos reconozcamos e inconscientemente nos salga una sonrisa de familiaridad, al recordar esos tiempos de sumergirse en algo desconocido

 

 

MANIFESTACIONES PSICOLÓGICAS QUE FORMAN PARTE DEL EMBARAZO

Según los autores citados, las manifestaciones emocionales más frecuentes en este período  son:

  • Las fluctuaciones en el estado de ánimo, tales como una mayor hipersensibilidad emocional, pesimismo.
  • Preocupación e interés significativo por la propia salud.
  • Sentimiento de tristeza y resentimiento por la pérdida del estado anterior de independencia y de atractivo personal.
  • O bien, al contrario, un aumento de la autoestima, si la mujer vive el embarazo como un logro. Puede presentarse ansiedad transitoria como adaptación al nuevo estado, que puede incrementarse más en casos de presión social, temor a la pérdida y miedo a lo desconocido. 
  • Respecto al deseo sexual, este puede ser variable.

Seguramente te surgirán algunas dudas respecto a lo que acabo de plantear: “Pero, ¡si todo lo que he escuchado sobre el embarazo habla de la felicidad, plenitud e ilusión por esperar a ese bebé! ¿Hay  ansiedad, depresión y tristeza en el embarazo? 

En efecto. Existe esa otra parte unida al embarazo, esa cara menos agradable, pero absolutamente natural, en un momento en el cual nos enfrentamos a muchos reajustes en nuestra vida, y que es importante conocer, para ser conscientes de ellos, para no sentirnos culpables y para poder compartirlo con nuestro entorno, desde la tranquilidad de no sentirnos juzgadas y de saber que forma parte del proceso de prepararnos para ser madres. 

Son reacciones naturales de ajuste a la nueva situación que estamos experimentando, de tipo transitorio y supeditadas al desarrollo y la resolución del embarazo.

Por último, no podemos olvidar que la futura madre puede revivir los conflictos anteriores, no resueltos, con su propia madre durante el proceso de ser hija, que es beneficioso abordar,  si vuelven a despertar ahora que es su turno de convertirse en madre.

 

POSTPARTO

El postparto, período que engloba las ocho semanas después del parto,  es también un período de cambios físicos, psíquicos y sociales importantes. Por mencionar uno, para que seamos conscientes de ello, en el cerebro postparto se da una reducción de la actividad neuronal espontánea, generando distorsiones cognitivas que nos predisponen a sentir tristeza, cansancio, irritabilidad, a bloquearnos con más facilidad, lo cual es algo normal y común. 

Por otro lado, la madre y el bebé empiezan a conocerse, a escucharse y van creando juntos su espacio mientras ella debe recuperarse del esfuerzo físico que supone el parto, la lactancia y el hecho de dormir poco. 

Y  no olvidemos el reajuste con respecto a la pareja, en el que ambos deben aprender a conocerse en este nuevo rol, adaptarse mutuamente y bailar al unísono.

 

 

¿QUÉ ENTENDEMOS HOY CUANDO HABLAMOS DE MATERNIDAD?

Ser madre no es solo biología, sino que tiene además un significado a nivel social, cultural, histórico y psicológico. Históricamente, la maternidad ha recorrido un camino muy largo y arduo, desde la imposición social hasta la elección de una maternidad muchas veces planificada. Ha dejado de ser un destino para ser una decisión en la sociedad occidental actual. 

Obeirman, A. (2005), resumiendo a varios autores, habla de este proceso psicológico como un “viaje hacia la maternidad”, un viaje sin retorno, en el que todo será diferente, destacando el vínculo madre–hijo/a como una relación significativa para toda la vida.

 

CREENCIAS SOBRE QUÉ ES SER MADRE

¿Por qué es importante ser conscientes e identificar nuestras creencias asociadas a la maternidad?

Como sabemos a lo largo de la historia, las creencias acerca de la maternidad han ido cambiando debido a factores culturales y sociales. Las creencias van muy ligadas a nuestro autoconcepto, que está en constante evolución, pues se va modificando a través de nuestra experiencia. Por lo tanto, el rol de la maternidad modifica nuestro autoconcepto e incluye esa imagen de nosotras y de nuestro papel como madres en la sociedad. 

Así, por ejemplo, una creencia que se ha generado en torno a la maternidad es que esta es en sí un deseo innato de las mujeres, restando importancia así a la influencia social, en la cual la mujer es definida a partir de su capacidad para procrear, enmarcada por la parte doméstica y de crianza de los hijos/as. 

Otra creencia que podríamos cuestionar es la de ser una buena madre significa priorizar incuestionablemente las necesidades y demandas del hijo antes de las propias en detrimento de su bienestar

Todas estas creencias asumidas socialmente son utilizadas con frecuencia por las mujeres de manera subconsciente a la hora de calificar su rol de madre y su experiencia en cuanto a la maternidad. 

PERSONAS CON ALTA SENSIBILIDAD ¿CÓMO VIVIMOS LA MATERNIDAD?

Tanto las mujeres no PAS como las PAS se sienten desbordadas en muchos momentos de su maternidad, pero sí que me gustaría hablar del rasgo de personalidad de la alta sensibilidad en la maternidad a través del autocuidado y la consciencia. La llegada de un bebé supone un reajuste tanto a nivel personal, de pareja, familiar y laboral.

¿A qué debemos prestar especial atención en ese momento?

Sobreexcitación: Se incrementa el cansancio por la falta de sueño y

el aprendizaje continuo. La sobreexcitación aparece cuando nuestro sistema nervioso se satura de información y no puede liberarla o procesarla adecuadamente. Las PAS se saturan antes y más intensamente debido a que su sistema nervioso es más sensible, y es cuando se sienten abrumadas o colapsadas. Sentir sobreestimulación nos indica que nos hemos salido de nuestra capacidad de tolerancia en el momento presente. Tanto seas una PAS o no, sería positivo prestarle especial atención a algunas experiencias que nos pueden causar sobreestimulación

  • la novedad, ya sea agradable o desagradable; 

    Embarazo en Personas con Alta Sensibilidad

    Photo by Olliss on Unsplash

  • la emocionalidad, 
  • la intimidad y la vulnerabilidad; 
  • los cambios, tanto imprevistos como programados; 
  • la multitarea;
  • la sensación de descontrol y de indefensión; 
  • las amenazas a mi identidad, personalidad o valores. 

Y ser madre primeriza es una experiencia nueva y muy íntima, que nos hace sentir vulnerables por momentos, que exige la multitarea, que implica cierta sensación de descontrol y que requiere un reajuste de nuestra identidad, porque tenemos que integrar nuestro nuevo rol de madre

 

Qué debemos tener presente las Personas con Alta Sensibilidad en relación a la maternidad y evitar: 

    • Una socialización continuada (muchas visitas en casa de familiares y amigos), que conlleve  la ausencia de espacios para estar contigo misma .
    • Un entorno con muchos estímulos y que no se ajuste a las nuevas necesidades familiares o del bebé. 
    • A nivel relacional, conectar con los estados emocionales ajenos, con su consecuente fusión, o responsabilizarse de ellos.   
    • Compararse con las personas que no tienen este rasgo en cuanto a ritmos. Y aquí entraríamos en algo que hace mucho daño a las PAS:  la comparación, con frecuencia es negativa, y la necesidad de sentirnos validadas y recibir la aprobación de los demás. Es fundamental adaptar y facilitar tus nuevas necesidades a las condiciones del rasgo, para poder sentirte en equilibrio.
    • El perfeccionismo y las expectativas poco realistas.


¿QUÉ TE VA A AYUDAR DURANTE EL EMBARAZO Y LA MATERNIDAD SI ERES UNA PERSONA CON ALTA SENSIBILIDAD?

  • Pre-adaptación. Durante la gestación, la pareja de futuros padres pueden empezar a hacer modificaciones y reajustes que les permitan dejar de hablar de “yo” y pasar a hablar de “nosotros” y  así verse a sí mismos como una entidad conjunta con el bebé.
  • Buscar y crear nuevos espacios para una misma. No intentar encajar esa “fórmula anterior” que funcionaba, pero que probablemente ya no encaja en tu nueva vida. Habrá, eso sí, una primera fase en la que estaremos inmersas en el cuidado del bebé y completamente centradas en él, porque hay que asumir mucho, y podríamos bloquearnos si intentamos llegar a todo. En este caso, el autocuidado debería ser una opción y nunca una obligación.
  • Conectar. Conectar con aquello que te reconforta y te da seguridad en una época de tantos cambios. Eso es algo básico y puede ser tan simple como dar un paseo y que puedas sentarte al sol, comer algo que te guste y disfrutar de los sabores, escuchar música, etc. En otras palabras, conectar con tus sentidos.
  • Límites: Es un momento para centrarte en la maravillosa experiencia que estás viviendo. Ahora lo importante sois tú y tu bebé y es el momento de priorizarte para poder ayudar a otros. Límites a uno mismo: Es el momento de dejar de complacer o cumplir las expectativas de los demás. Al contrario, es un momento para pedir ese apoyo no solo emocional sino también práctico a la familia y amigos.  Límites a los otros: Es fundamental comunicar tus necesidades en estos momentos, desde el respeto y el afecto, así como permitirte decir no. Tu criterio como madre es el más válido, aunque seas inexperta.
  • Revisar tus creencias limitantes sobre la maternidad,  escuchar tus emociones y recordar que no hay un manual de ser buena madre sino una madre que sostiene su historia personal, sus necesidades, sus miedos, sus carencias y que busca y quiere encontrarse en ese nuevo papel, que va evolucionando. La empatía, muy desarrollada en las PAS, será la vía a través la que podrás conectar, comprender y atender a tu bebé.
  • Nuevo rol como madre y ¿qué pasa con el resto? Entender la complejidad de atender y equilibrar las demandas de ser madres y otras demandas que surgen de otros deseos de la mujer en su proyecto de vida. Respetar tus tiempos, para ir poco a poco reencontrándote con esas partes que te conforman y completan. 

 

Deseo que estas pequeñas pinceladas ayuden a las futuras madres, a las madres primerizas y las que ya llevan un trozo del camino recorrido a sentirse un poco más acomodadas en la realidad tan cambiante y a la vez apasionante de la maternidad. 

 

Si después de leer sobre la maternidad, quieres profundizar sobre la influencia del ambiente, en nuestro blog tenemos una entrada sobre la influencia del ambiente y de la crianza en gemelos idénticos. Puedes leerlo pinchando aqui.

 

Maria Bernabé, Psicóloga General Sanitaria. Especializada en PAS. Madre primeriza.

www.mbspsicologia.com

Bibliografía:

Gómez, E., Aldana, E., Carreño, J., y Sánchez, C. (2006). Alteraciones Psicológicas en la Mujer Embarazada. Psicología Iberoamericana, 14 (2), 28-35. 

Oiberman, A. (2005). Historias de las madres en Occidente: repensar la maternidad. Psicodebate. Psicología, Cultura y Sociedad, 5, 115-130. 

 

Imagen: Anna Hecker (Unsplash).

PAS y San Valentin

 

Como este artículo no pretende hablar de los orígenes de San Valentín (por cierto, bastante curiosos), voy a ir directamente a describir como profesional dedicada a trabajar con parejas, mi visión de este día tan señalado en las parejas o personas con Alta Sensibilidad. 

San Valentín, día del amor por excelencia, está lleno de grandes detractores y amantes a partes iguales, y esto no es muy  diferente en las personas con Alta Sensibilidad.

Podríamos decir que habría una serie de posibilidades o vivencias en función de si tenemos pareja o no, y el tipo de pareja se trata:

  • Personas con Alta Sensibilidad que forman pareja con otra PAS.
  • Persona con Alta Sensibilidad que forman pareja con una persona sin esta Alta Sensibilidad.
  • Persona con Alta Sensibilidad sin pareja.

 

 

PERSONAS CON ALTA SENSIBILIDAD QUE FORMAN PAREJA CON OTRA PAS

Son las parejas que menos he visto en consulta, porque normalmente suelen estar más compenetradas. 

En estos casos, las dos personas son Altamente Sensibles y no viven el día de San Valentín de una manera excepcional. Las parejas que decidan celebrarlo, lo harán a su manera y las que decidan no hacerlo, vivirán su amor con la misma intensidad que el resto de los días.

Las Personas con una Alta Sensibilidad suelen tener una serie de rituales de pareja bastante marcados, con lo cual, esta podría ser una de las fechas señaladas, pero no necesariamente.

Puedo decir que este tipo de pareja, al ser tan consciente de sus propias emociones y de las del otro, suelen comunicarse bastante bien. Esto conlleva a que expresen lo que significa este día para cada uno de ellos y en consecuencia celebran San Valentín según sus necesidades y deseos.

 

 

PERSONAS CON ALTA SENSIBILIDAD QUE FORMAN PAREJA CON PERSONA SIN ESTA ALTA SENSIBILIDAD

Aquí me suelo encontrar con dos casos dentro de estas parejas:

 

  • PAS con pareja no PAS. Es lo que más me encuentro en consulta, por ser la pareja más desajustada a nivel comunicativo y emocional.

La queja más frecuente es que el miembro Altamente Sensible de la pareja no se siente comprendido o valorado por su pareja, cuando aparecen frases del tipo: “son tonterías”, “eso no tiene importancia”, “exageras todo”, “a mí eso no me va”, etc.

Con estas parejas trabajamos la comprensión empática. Tengo que machacarlo mucho con el miembro no PAS, para que llegue a entender la importancia que tiene que su pareja se sienta validada emocionalmente y libre para expresarse y ser tal cual es, ya que a veces, incluso es castigada por ello, cuando muestra excesiva efusividad o ilusión por algo.

En estas parejas, la comunicación no es tan fluida, siendo más frecuente que el miembro no PAS esté menos disponible para el diálogo, sobre todo cuando se trata de hablar de emociones. 

Por otro lado, podríamos encontrar los típicos casos de expectativas frustradas, es decir, pensar que nuestra pareja va a tener un detalle con nosotros/as, ya que nosotros/as lo haríamos con él/ella, porque pensamos en cómo puede sentirse. Sin embargo, la realidad es que muchas veces el miembro no PAS no suele tener en cuenta los simbolismos de estas fechas o la importancia personal que pueden tener para su pareja.

La recomendación general es que hablen previamente, para ajustar sus expectativas ante esta fecha; es decir, acordar mutuamente si quieren celebrarla, de qué manera, si habrá algún regalo material o simbólico, etc.

 

  • Persona PAS con pareja no PAS pero a la que sí se describe como bastante sensible. 

Estas parejas suelen funcionar muy bien. Estos casos serían muy similares a cuando los dos miembros son PAS.

Son personas bastante conscientes de sus emociones y las expresan adecuadamente en la pareja, decidiendo conjuntamente qué hacer el día de San Valentín.

 

 

PERSONAS CON ALTA SENSIBILIDAD SIN PAREJA

Ya sabemos que existen numerosas PAS que disfrutan enormemente de su soledad y suelen tener una vida interior, por lo general, muy rica. Debido a que también son personas que dan importancia a los pequeños detalles o a los simbolismos, dependerá de cada una de ellas decidir cómo vivir el día de San Valentín, en las que todo son bonitos escaparates y corazones por todas partes.

Generalmente, me he encontrado a personas con Alta Sensibilidad y sin pareja, practicando el autoamor, es decir, practicando el arte de quererse a uno/a mismo/a ya sea, dedicándose un día para sí o haciéndose un regalo personal especial. 

Me encanta la toma de conciencia respecto a que no es necesario tener pareja para amarse o celebrar este día, si así lo sienten.

 

 

OTROS ASPECTOS DEL DÍA DEL AMOR Y LAS PAS

Ya he hablado de la importancia general de los simbolismos en las PAS; es decir, hay muchas personas que les encanta ilusionarse con este día y preparar un regalo a su pareja. 

La diferencia entre PAS respecto a otras no PAS sería la forma de dicho regalo; me encuentro habitualmente que los regalos que suelen hacer son regalos simbólicos, poco materiales o pensados con conciencia social: algo hecho a mano por uno/a mismo/a, algo comprado en comercio justo, algo comprado en tiendas de proximidad, un poema, un retrato, o similar.

Otro aspecto llamativo es la preferencia por las flores, que los escaparates nos muestran constantemente. 

También suele ser algo bastante común que me comenten que les encanta esta fecha por lo bonitas que están decoradas algunas tiendas, generalmente con arreglos florales que nos transportan a la naturaleza.

Por último, podemos encontrar de forma bastante frecuente en muchas PAS el rechazo a este día por haberse convertido en un día para el consumo sin control, aspecto que suele desagradarnos a la mayoría de nosotras/os.

 

Y tú, siendo Altamente Sensible, ¿cómo vives estas fechas?

 

Gemma Sánchez Pérez

Psicóloga PAS, sexóloga y terapeuta de pareja. 

www.paseandocontusemociones.com 

 

Un buen plan para San Valentín puede ser ver alguno de los documentales que la Dra. Elaine Aron tiene sobre las relaciones en Personas con Alta Sensibilidad. Te dejamos los links a las entradas del blog donde te contamos de qué va cada uno:

 

Imagen: Brigitte Tohm (Unsplash).

Sentimos una enorme alegría al leer un post en facebook por parte de Marta Nieto, psicóloga y profesional asociada de Zaragoza, el cual no solamente venía con una interesante entrevista con ella misma, sino también con un trabajo de investigación muy bien hecho por parte de Patricia Tirado Cortés, una PAS de Tarragona, sobre niños con el rasgo de la alta sensibilidad. Nos es un gran placer poder compartir esta valiosa información con vosotros, pinchando aquí.