El autocuidado es uno de los pilares fundamentales en el desarrollo de una sana autoestima y en la búsqueda del equilibrio físico y emocional de todas las personas, pero en el caso de que seas una persona altamente sensible (PAS), es recomendable que pongas especial atención a cuidarte.
Al tener un sistema neurosensorial más sensible y una mayor tendencia a la sobreestimulación, la prevención mediante rutinas de autocuidado creando un estilo de vida acorde a tus características puede ser una de las prioridades a tener en cuenta.
Podemos entender el autocuidado como ese momento en el que empiezas a priorizar tu bienestar y lo conviertes en un conjunto de acciones para la mejora de tu salud física y mental.
Con esto no quiere decir que tengas que empezar a descuidar a los/as demás, sino que puedas buscar un equilibrio cuidando de ti a la vez que sigues cuidando de los tuyos, sin dudar en colocarte de manera prioritaria en la lista, ya que tiene que haber un orden y todo empieza por ti.
TIPOS DE AUTOCUIDADO
Autocuidado físico:
Entendiendo nuestro cuerpo como nuestro hogar, y teniendo claro que para mantenerlo sano es esencial moverlo, elegir las comidas más nutritivas, hidratarse y dormir lo suficiente.
Autocuidado emocional:
Trata de todas las acciones que llevamos a cabo para mantener la salud emocional, como puede ser la introspección, acudir a terapia, escribir un diario emocional, desarrollar alguna actividad artística…
Autocuidado sensorial:
Es todo lo que podamos hacer para despertar nuestros sentidos con estímulos agradables, ya sea caminar descalzos/as por la playa o césped, escuchar música, disfrutar de un paisaje, de una buena comida o un aroma…
Autocuidado intelectual:
Ejercitar nuestra mente, estimular el pensamiento y la creatividad. Por ejemplo: leer, aprender una nueva habilidad, entrenar la atención…
Autocuidado social:
Mejorar la relación que tienes contigo mismo/a y con los demás, cuidando del entorno ya conocido o haciendo nuevas amistades.
Autocuidado espiritual:
Conectar con tus valores y con lo que realmente te importa para poder conectar mejor con los/as demás y la vida.
IDEAS DE AUTOCUIDADO EN LAS DIFERENTES ÁREAS:
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- Escucha a tu cuerpo: El cuerpo es un gran mensajero, y si aprendemos a estar conectados/as con él puede ser nuestro gran guía. Él nos indicará cuando toca parar, donde están nuestros límites, dónde, cómo y con quién se encuentra en equilibrio… Comprométete a escucharle y generar una mayor conexión con él.
- Descansa y cuida tu alimentación: Son cuidados básicos pero importantísimos. Procura que tu sueño sea reparador, evita los ultraprocesados, el alcohol y el exceso de azúcar para sentir un mejor equilibrio en tu organismo. Si cada vez vas teniendo más conciencia corporal podrás ser cada día más consciente de los alimentos que mejor y peor te sientan, no solo en beneficio físico sino también emocional, ya que la alimentación puede condicionar nuestro estado anímico.
- Mantén activo tu cuerpo y tu mente: Practica algún tipo de actividad física que te ayude a bajar la actividad mental, además de poder practicar disciplinas como el Yoga, Mindfulness o Pilates.
- Practica el “menos es más”: Intenta ir más despacio y deja de lado la multitarea. Si te dedicas a una cosa en cada momento y a un ritmo más lento, lo harás de manera más centrada y reducirás tu estrés.
- Canaliza tus emociones a través del arte: Practicar alguna actividad artística puede facilitar la expresión y liberación emocional, además de fomentar tu creatividad.
- Acude a terapia: Busca un psicólogo/a especializado/a en el rasgo de alta sensibilidad, ya que podrá llegar a ti y asesorarte de forma más particular. Conectar con tu terapeuta es el primer paso para poder avanzar, además de encontrar un modelo terapéutico que pueda garantizarte mejores resultados. Hoy día las terapias de tercera generación (terapia de aceptación y compromiso, terapia basada en mindfulness, terapia basada en la compasión…), la terapia cognitivo-conductual, la terapia sistémica y la terapia EMDR son las que tienen una mayor eficacia en sus resultados. Hay terapeutas que ya tienen un modelo integrativo en el que combinan herramientas de los diferentes modelos de terapia creando intervenciones más adaptadas para cada caso.
- Cuestiona tus pensamientos: No creas todo lo que piensas. Ten en cuenta que muchas veces nuestra forma de ver la vida, a los demás y a nosotros/as mismos/as tiene que ver con el estado de nuestro sistema nervioso. Si estamos saturados/as o estresados/as no vamos a ver las cosas de la misma manera que si estuviésemos en calma. Por ello, es importante cuestionar nuestros pensamientos cuando no nos sentimos regulados/as y observar si ha cambiado la manera de ver las cosas desde la calma.
- Escoge los lugares y las personas con las que te relacionas: En la medida de lo posible, no dudes en decir no a determinados planes y personas. Sin establecer un juicio hacia ti misma o hacia los demás. No es que los demás sean inadecuados o tú lo seas, sino que quizás te encuentres en un momento en el que sientes que no estáis en la misma frecuencia y te cuide más estar con otras personas o haciendo otro tipo de planes.
- Practica la asertividad: No hay nada como la asertividad para aprender a decir que no sin sentir culpa, poner límites, expresar tus necesidades…y sentir con ello la tranquilidad de ser cada vez más fiel a tus criterios. La asertividad puede ser una estupenda herramienta de autocuidado ya que nos ayuda a centrarnos en nuestros derechos y necesidades, respetando también los derechos de los demás pero sin tener que agradar o contentar siempre. (En el blog ya hablamos de eset tema: leer)
- Conecta con la naturaleza: La naturaleza tiene la capacidad de aportar calma a nuestro sistema nervioso al reducir los estímulos a los que habitualmente estamos expuestos/as. Algo tan simple como caminar por el campo o la playa, reduce la actividad de la amígdala (región responsable del estrés y la ansiedad), disminuyendo el cortisol (hormona del estrés), lo que favorece a nuestro sistema inmune, mejorando nuestro bienestar físico y mental. (Puedes ver una entrevista sobre el tema en YouTube)
- Reduce la hiperconectividad: Pasar mucho tiempo en redes sociales, conectados/as a internet o a pantallas de cualquier tipo, genera un exceso de información y una consecuente sobrecarga mental. Intenta limitar su uso, poner horarios para ello, programar momentos o días para la no conexión con las redes y una mejor conexión con la vida.
CONCLUSIONES DE AUTOCUIDADO PARA PERSONAS CON ALTA SENSIBILIDAD (PAS)
Descubrir que eres una persona altamente sensible es un momento clave para el autoconocimiento… y lo mismo que es fundamental que puedas profundizar en tu propio rasgo también lo es saber la importancia de cuidarse y comprometerse con ello.
Para que estas ideas terminen convirtiéndose en hábitos es necesario dedicar tiempo y energía a ello y convencernos de que tenemos recursos suficientes para generarlos. Teniendo en cuenta que el autocuidado requiere de uno/a mismo/a, lo tenemos al alcance de la mano.
Basta con poner mucha atención e intención, creerte merecedor/a de ello y convertir el autocuidado en muestras diarias de amor hacia ti.
Si te interesa el tema del autocuidado aplicado a las Personas con Alta Sensibilidad, en las V Jornadas Nacionales de Alta Sensibilidad tuvimos una charla sobre cómo aplicarlo a cada aspecto del rasgo, y ahora puedes acceder a la grabación a través de la VIDEOTECA
Me interesa saber tu opinión:
¿Y TÚ?, ¿QUÉ HACES PARA CUIDARTE?
Saioa Barredo Canales
Psicóloga
Colegiada BI03235
@tumundopuestoenpie
www.tumundopuestoenpie.com
Imagen de portada: Raychan (Unsplash).